Responsabilidad:
Según el diccionario proviene del término latino
responsum, “la conciencia acerca de
las consecuencias que tiene todo lo que hacemos o dejamos de hacer sobre
nosotros mismos o sobre los demás.”
Cuando decidimos emprender una terapia para
sanarnos, la responsabilidad es de la persona que la recibe, no del terapeuta.
El/la terapeuta, a través de la técnica que
utilice, te ayuda en el proceso de sanación pero no te sana, eso solo lo puedes hacer tú.
Si tú no te das permiso para sanar, si no
trabajas interiormente, por mucho que hagas terapia (cualquier tipo) no te
sanará. A veces es un trabajo arduo, nos
sentimos perdidos, tenemos miedo.. pero repito: si tú no lo trabajas no
sanaras.
El/la terapeuta te ira dando
pautas, ejercicios, consejos para que puedas asimilar y trabajar aquello que
necesitas. Te acompañara en el camino para darte aliento, ánimos y energía. Su
responsabilidad es darte herramientas que puedas utilizar para tu bienestar.
Cuando uno mismo no hace el trabajo necesario
y damos toda la responsabilidad al terapeuta, nos decepcionamos y decimos que
no funciona.
En tal caso puede ser que no sea el momento adecuado
para esa terapia, que no estes lo suficientemente preparad@ para asumir esa
responsabilidad. Pero ello no quiere decir que la terapia no funcione.
Recuerda que tan solo tú puedes sanarte!